sábado, 13 de septiembre de 2008

LA CANCIÓN Y EL ROCK: 2 TRADICIONES QUE SE CONFRONTARON PERO QUE YA VIVEN MEJOR (parte VI)




Ya sabemos que pasaba en México...¿y en España qué? Pues, no hay duda que en el país ibérico la tradición de la canción era muy grande y los intérpretes gozaban de popularidad y credibilidad. La canción casi había dejado al rock en un lado marginado, más aún cuando los 2 únicos actos "mainstream" de la escena (Los Brincos y Los Bravos) habían desaparecido del mundo de la música.

Tendría que esperarse unos años para que apareciera alguien capaz de dejar la semilla que comenzara la tradición. A mediados de los 70's, un argentino llegó con un estilo peculiar de introducirse al rock and roll. ¿su nombre? Quizás le suene conocido (lo mencioné en la primera parte), Moris.

Asi es, el tipo que en Buenos Aires había dado el primer paso de la canción-rock comenzaba desde cero en Madrid, donde no lo conocía absolutamente nadie. El Moris de ese tiempo era mucho más rockero que el más jóven, tenía más la fibra eléctrica y dejaba atrás esos aires medios hippies de los 60's y propios de sus primeros tiempos.

Por aquel tiempo, lo poco que había de rock en España era timidamente en castellano. De hecho, el lenguaje era tema de poca importancia, quizás por esas influencias progresivas, que habían sobredimensionado el tema de la música sobre la letra. En ese momento, aparece el movimiento de "rock urbano" (como en México aunque con toque más a lo Rolling Stones) junto con Burning, que tuvo un poco más de éxito comercial con su tema "¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?", aunque el primero destacaba por su toque más bohemio y ser buen cronista de lo que sucedía en Madrid por aquel entonces. Acá recojo un fragmento publicado en el dario El País de España por Juan Puchades, que conmemora los 30 años desde el lanzamiento del album "Fiebre de Vivir":

Se introduce en la escena musical marginal de la capital, el movimiento que se conoce como el rollo, y pronto contacta con el periodista Jesús Ordovás, quien asiste al Poncho, donde Moris, sólo con guitarra, ofrecía conciertos en los que la canción de autor iba al encuentro del rock: "No era el típico cantautor de guitarra acústica", recuerda Ordovás, "era un rocker, con su lado folk y cantautoril, pero tenía muy claro que quería hacer rock and roll, sacaba la eléctrica y, con un pedal o dos, organizaba allí sus sonidos". Moris comienza a ser un habitual de los conciertos del underground madrileño, tocando en discotecas y, sobre todo, en colegios mayores, donde comparte escenario con Tequila -con dos jóvenes argentinos al frente, Ariel Rot y Alejo Stivel-, Burning o Ramoncín. Por aquellos días, Diego A. Manrique asiste a uno de sus conciertos: "Era un club diminuto que había al lado de la Embajada francesa, tenía abajo una pista de baile, y allí estaba él, actuando solo con la guitarra. Era algo deslumbrante, y asombrosa toda la temática de las letras. Ya cantaba las canciones del primer disco madrileño". Sí, Moris ha ido dando forma a esos textos que escribe en cuadernos de "urgente poesía y sentimientos, pensamientos del futuro en los que creía". Textos que reflejan una nueva visión de Madrid, en los que se citan calles, rincones, se retratan personajes y se contempla el cambio que vive un país que, en plena Transición, intenta recuperar el tiempo perdido, así, las primeras elecciones democráticas o el destape entran en sus canciones. La mano va sola y combina poemas y canciones, material que acabará en su primer disco español y, en otros casos, treinta años después, todavía permanece inédito. Textos que escribe en "largas tardes y francas noches, en cafeterías de Cuatro Caminos, en el Vips de Princesa, en la desierta y ventosa Gran Vía y dando vueltas por la plaza de Callao"
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Aunque rapidamente el rock urbano desemboca hacia la música pop gracias a Tequila (la banda de Ariel Rot que conformará Los Rodriguez con Calamaro), Moris con su trabajo (y en particular con disco "Fiebre de vivir" de 1978, originará un antecedente de lo que podía ser el punto de contacto entre el rock y la canción, que el propio Joaquin Sabina reconoce que se empapó de él, ejemplo de la continuidad de la tradición de la Canción en un mundo musical hispano mucho más adentrado en el rock como proceso de las fuertes tendencias desde mundo anglo.

Por favor, lean el articulo "La fiebre contagiosa del rock en español" de Juan Puchades que cité y que fluye ampliamente en la influencia de Moris en el rock ibérico:

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